Puente Zubizuri de Bilbao

¿Cuantos miles de fotos pueden haberse hecho a este puente? Cada vez que llego a algún lugar así, procuro no pensar en ello, porque entonces ni sacaría la cámara de la bolsa. Simplemente me planteo que tengo que conseguir una buena foto. Y entonces aparece la magia de la fotografía, gracias a la cual dos fotógrafos en el mismo sitio no obtienen la misma imagen.
Cómo me gusta todo lo que hace Calatrava.

Barco en la arena

Mi primera prueba en HDR. Aún queda mucho camino por recorrer, pero esta foto es el primer paso. Espero dentro de un tiempo poder volver a verla, compararla con las que vaya haciendo nuevas, y sentirme satisfecho. Mientras tanto, aquí queda.

Anclas

Lo que provocó el interés de hacer esta foto fue la repetición de las anclas, que llenaban toda la imagen, y había suficientes como para que con el desenfoque se perdiesen en el fondo. La luz de la puesta de sol resaltó las texturas del óxido y conchas pegadas, y además bañó la imagen en unos tonos cálidos muy bonitos. Una imagen que me encontré hace años inesperadamente en La Azohía (Cartagena), en una playa paradisiaca de la cual ya no quedan ni anclas, ni playa, ni paraíso.

Cebra

Un ejercicio de abstracción. No es la imagen que tenía en la cabeza cuando decidí hacerla, reconozco que hay que seguir intentándolo. Pero eso es la fotografía: probar, probar, probar...

Pequeño paisaje

Disfrutar de un paisaje no siempre es tender la vista hasta el infinito, sino ensimismarse en los pequeños detalles.

Santuario del Saliente, Albox

Día de lluvia y truenos, piedra, mármol, un cielo que se nos caía encima en plena sierra, y la suerte de llevar la cámara encima. Una más de mis fotos a cielos, con algún elemento para despistar al que las vea; en este caso, un monasterio del que nada se, ya que sólo ejercía de chofer hasta el lugar.

Sepúlveda, La Senda larga

Desde Sepúlveda (Segovia) nace una ruta que recorre la rivera del río Duratón, llamada La Senda Larga. La primavera es buen momento para recorrerla, por la luz especial que hay, sin excesivos contrastes, y cielos poblados de nubes normalmente, que hacen un fondo muy bonito.

La senda discurre con frecuencia encajada entre las paredes verticales de las hoces del Duratón, pobladas de nidos del magnífico buitre leonado, y otras especies de aves. Es por ello que se necesita un permiso para poder recorrerla, para evitar aglomeraciones de gente en temporada alta. Merece la pena solicitarlo.

Con ese cielo y esos colores, era una toma que pedía a gritos el polarizador y una ligera saturación de colores, a la Velvia.

La bella y la bestia

Inauguro con esta foto una categoría nueva, la de fotos "inclasificables". Normalmente las fotos las agrupo en retratos, paisajes, y esos términos a los que más o menos nos hemos ido acostumbrando para agrupar fotografías.

Sin embargo, esta foto, y otras que presumiblemente vendrán en un futuro, no veo que encajen en bajo esos epígrafes. Esta en concreto está tomada en un zoológico; observé como una chica, imprudentemente, quiso darle un cacahuete en la mano a un gorila de mas de trescientos kilos. Para ello se escurrió entre la valla de separación y acercó la mano a una especie de mampara de cristal, blindado espero, que dejaba ver al simio.
Ante mi asombro, el descomunal brazo del gorila se acercó con mucho cuidado al cristal, y sacando los dedos por una pequeña apertura agarró el cacahuete con suma delicadeza, sin llegar ni a sobresaltar a la chica. De la imagen, me llamó la atención la fuerza que insinuaba el brazo del gorila por detrás del cristal, y delante la suave mano de la chica. Y los dedos del gorila, una vez se acercaban a los de la chica también se convertían en herramientas delicadas y precisas. Una ñoñería de foto en toda regla, pero es lo que tiene la Navidad :-)