lunes, 4 de enero de 2010

Libélula

El objetivo macro, con total seguridad, ha sido la inversión más ruinosa de mi equipo. Al poco de comprarlo intenté hacer fotos de bichos pequeñitos, y en una de nuestras correrías nos tropezamos con una libélula.
Cuerpo a tierra, flash separado en la cámara con difusor para mejorar la calidad de la luz, y la dichosa libélula que se movía cada vez que la tenía enfocada. Al final pude obtener esta foto, conjuntamente con numerosos arañazos al arrastrarme por el suelo, y un kilo de arena en el sensor de la cámara. Desde entonces, el objetivo macro reposa plácidamente en lo mas profundo de mi armario.

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